La narradora de esta novela, una niña de siete años, vive con su familia en un barrio popular de París a comienzos de los años 70. Sus padres son unos emigrantes marroquíes de origen judeo-español. En su casa no hay retrete, pero sí agua corriente. Celebran en Shabbat y el Yom Kippur y no creen en Papá Noel. En las ferias recogen los palos de las manzanas de caramelo para que el padre, zapatero, pueda rellenar los tacones y nunca se han ido de vacaciones.
La novela tiene ecos de La vida. Instrucciones de uso, de George Perec y Léxico familiar, de Natalia Ginzburg –pero también de 13 Rue del Percebe–, es una novela deliciosa, tierna y divertida, que nos habla de la cara menos glamurosa de París y del extrañamiento de quien se sabe diferente.