Traducido por Francisco J. Uriz, Inmigrante de mi corazón, del danés Benny Andersen, representa de nuevo lo más característico de su obra, la ironía, el humor teñido de absurdo, la tolerancia para los defectos y lo incomprensible. La crítica a los valores de la burguesía danesa, a su tan cacareada tolerancia, a su sonrisa falsa con la que tapa cualquier miseria y usa para recibir noticias de grandes catástrofes.