En El hombre elefante el autor propone un homenaje a Joseph Carey Merrik, el ser humano en el que recayó tal calificativo. No desarrolla una dramatización de la biografía de esta persona, sino que despliega una historia ficticia, con un “hombre elefante” transformado en personaje, aunque en el ambiente en el que pudiera haberse encontrado Merrik durante su calvario por exhibiciones y ferias.
A continuación le sigue otra obra teatral El indómito y extraño caso de Gregoria.